#VocesDeGilead: Margaret Atwood, en primera persona

Ya sabéis que nuestra próxima lectura Abierta, #VocesDeGilead, propone un viaje literario por los temas y personajes de El cuento de la criada, de Margaret Atwood. Por eso hoy hemos querido traérosla en primera persona y sin filtros, a través de sus propias palabras, para que la conozcáis un poco mejor y sepáis algunas cosas de su vida, opiniones y obra.

Con todas y todos ustedes … Margaret Atwood!

“Tuve buenos padres. Hay autores que creen que para la escritura es mejor haberlos tenido malos, pero no es mi caso. Mi padre era una persona enérgica y yo heredé eso de él. Mi madre también era muy física: cabalgaba, nadaba, danzaba sobre hielo, algo bastante poco corriente en la Canadá de entonces, Y leía, leía mucho.”

“Todos necesitamos el aire que crean las plantas. Los japoneses han demostrado que, al estar en contacto directo con la naturaleza, el estado de todo nuestro cuerpo mejora.”

“Cuando llegué a Harvard, en 1961, no había una sola profesora en el Departamento de Literatura Inglesa, y no se permitía que las mujeres trabajasen en algunas ­bibliotecas, pero afortunadamente se fue llenando de hippies, de feministas, de ordenadores. Menos mal que nací en los sesenta.”

“Conocí el éxito como escritora cuando aún estaba en la veintena, pero no fue algo tan fuera de lo común. En Canadá, ya había escritores jóvenes con bastante éxito y el público estaba preparado.”

“Hay que intentar no ser demasiado snob en esto de la literatura. Algunos autores tienen éxito y otros no, y nadie sabe exactamente por qué ­ocurre. De todas formas, siempre pensé que no se trataba de tener éxito: yo lo que quería es ser una buena escritora. Nunca pensé que me ganaría la vida con esto.”

“Creo que todos, cada uno a su manera, desarrollamos algún tipo de espiritualidad. Yo me crie con la Biblia, y el cristianismo, me guste o no, es un tipo de relato o de conocimiento que forma parte de mí. No lo rechazo ni lo acepto, aunque hay cosas imposibles de desdeñar, como el mandato de amar a tu vecino.”

“Si me pidieran que describiera mi vida con una sola palabra, seguramente elegiría `asombrosa’. Incluye lo bueno, pero también todo lo malo.”

“La oscuridad es siempre relativa. Yo soy alguien bastante risueña, así que tiene sentido que sea en mis libros donde aparezca mi propio Mr. Hyde.”

“¿Qué cómo quiero ser recordada? Honestamente, no me importa demasiado. ¡No estaré aquí! Serán los recuerdos de otro.”

“Toda esta ansiedad, esta furia, nuestras siempre dudosas buenas intenciones, las complicaciones de la vida, nuestra sangre. Puedo hablar sobre ello o enterrarlo. Al final, todos nos. Convertimos en una historia.”

“Los hombres me preguntan a menudo por qué mis personajes femeninos son tan paranoicos. No es paranoia: simplemente son conscientes de su situación.”

“Cuando te ponen en un pedestal se supone que tienes que comportarte como alguien ejemplar. Pero los pedestales tienen en realidad una circunferencia muy pequeña: no dejan demasiado espacio para moverse.”

“No hay nada que me ponga más nerviosa que la gente que dice: ‘Eso aquí no puede pasar’. Cualquier cosa puede pasar en cualquier lugar, si se dan las circunstancias adecuadas.”

“Pregunté a un amigo por qué los hombres se sentían amenazados por las mujeres. ‘Tienen miedo de que se rían de ellos´, me dijo. También pregunté a unas estudiantes de poesía por qué las mujeres se sentían amenazadas por los hombres. `Tienen miedo de que las maten´, contestaron.”

“Una vez que tienes una religión en el gobierno, hay muchos que pasan a ser herejes: los católicos, los baptistas… Y todos los que son competencia.”

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